blásteres o las espadas láser de los jedi. Quizá menos habituales que los primeros y menos elegantes que las segundas, por toda la galaxia se podían encontrar una gran variedad de armas, tanto para combates cuerpo a cuerpo como a distancia.
Algunas eran de una tecnología muy avanzada, capaces de causar estragos. Otras, aunque más rudimentarias, resultaban de lo más eficaces antes los oponentes más incautos. Muchas de esas armas fueron fabricadas por sus propios portadores, y hubo casos, como los de Rey con su vara o Ezra Bridger con su tirachinas, que las convirtieron en una marca personal.
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